miércoles, 9 de septiembre de 2009

Encontrar patrones

En su texto encontrar patrones, Johnson Steve, nos hace una vasta reflexión acerca de las similitudes entre el cerebro humano, las ciudades y la Internet.

Comienza hablándonos de cómo es que las ciudades tienen una organización totalmente vital para su propia supervivencia. Pero, aun más interesante, de cómo ésta se ha dado, en muchas ocasiones, por cuestiones ajenas a una organización a priori a la construcción de la cuidad. Como si la misma cuidad tuviera naturalmente un deber ser espacial estructural.

Después nos hace una comparación entre cómo el cerebro está divido en diferentes partes con características y tareas propias al igual que las ciudades lo están; y cómo esta estructura ha perdurado por varios siglos.

Para terminar con la triada comparativa nombra a la Web haciendo la pregunta: "¿Aprende también la Web?". Explica cómo varios autores se han preguntado que si es capas la Internet de considerarse el más grande de los cerebros. Johnson Steve, nos dice que no. Así como varios cerebros juntos (varios personas pensantes juntas) son capaces de constituir un ente con una organización y memoria ajeno a sus integrantes –llamada cuidad– éstos grupos a su vez, conectados en la Red, pudiera formar algo aun más grande y autónomo llamado Internet.

Dicha negativa la respalda con un infalible argumento: la geografía. A diferencia de la organización física, espacial de las ciudades (tanto de división interna como del espacio que las delimita), la Internet tiene e mayor de los desordenes. Tan es así, que los buscadores han cobrado casi la misma importancia que la información misma. De ahí la importancia de nuestro tema –que le da título al texto–: encontrar patrones.

En un futuro cerca, según Johson, la red evolucionará hacia algo cada vez más personal. Irónicamente, totalmente estandarizado de tal que cada quien tenga un Internet totalmente personalizado. Las cosas que nos interesan nos buscarán más que nosotros a ellas. Esto gracias a los algoritmos de reconocimiento de patrones que últimamente han estado observando detenidamente a todos los usuarios de la Red con un plan tan ambicioso como peligrosos. Dejar en manos de un rastreador de patrones la decisión de qué cosas me gustan y que no, es algo complicado. Es comerciar con la libre decisión de gusto del individuo. Sin embargo, no puedo decir que el reconocimiento de patrones es malo ni bueno, lo que si puedo decir es que es indispensable no sólo para navegar, sino para saber cosechar de forma optima el fértil suelo de virtual.

A mi parecer el futuro óptimo de los buscadores sería crear un tipo de organización de la web personal e especial para cada usuario y de hecho cada búsqueda. El usuario debería tomar el papel del buscador y éste se limitara a ser sólo una herramienta. La mejor de las herramientas, con una inteligencia de reconocimiento de patrones que facilite cada búsqueda y que de esta forma al combinarla con la creatividad del usuario fuera una máquina infalible de proporcionar información.

No hay comentarios: